A continuación detallo una serie de
ejercicios que me han resultado muy efectivos para evitar la sobreoperación. Si
a un indisciplinado como yo le han resultado, pienso que servirán para la
mayoría. Antes de explicarlos es muy importante
dejar claro que un trader no puede convivir toda la vida con este método, ya
que su trabajo de largo plazo es el de neutralizar las sensaciones que le
llevan en última instancia a ser indisciplinado, y a sobreoperar.
El objetivo de estos ejercicios es el de constituir un “cortafuegos” en la etapa inicial del trader, con objeto de evitar la sobreoperación. Si el aspirante a trader va ejercitando su mente, y orientándola hacia el entorno y reglas del trading, dejará de necesitar llevar a cabo estos ejercicios que describo. Simplemente llegará el día en el que no sobreoperará. La naturaleza de su mente verá “extraño” e incómodo sobreoperar y por lo tanto no lo hará. Le resultará tan incómodo sobreoperar que no le saldrá hacerlo ni querrá hacerlo.
Algo que hay que asimilar con
profundidad es que el objetivo de un aspirante a trader ha de ser cumplir
los ejercicios sin dudarlo ni un solo momento. Una sesión negativa
económicamente cumpliendo perfectamente los objetivos es como haber pagado un
gran curso de coaching. Ganar en una sesión 200€ no hace avanzar, puesto
que al día siguiente es fácil perderlos. Cumplir los ejercicios marcados sí que
hace avanzar puesto que va forjando la actitud que nos hará ganar, más o menos
dinero, de forma consistente.
Ejercicio de limitar las operaciones y las pérdidas diarias:
Mi sistema de trading inicial
planteaba una pérdida máxima diaria de 50€, y así mismo, un máximo de 3
operaciones no positivas (sin alcanzar el objetivo): si en una sesión alcanzaba
esta pérdida, o bien, abría y cerraba 3 operaciones que no cumplían mi objetivo
de beneficios, mis reglas me dictaban que debía cerrar mi plataforma. Además,
al día siguiente no podía hacer trading, como penalización (así también lograba alargar el proceso de aprendizaje, lo que facilitar asimilar mentalmente el proceso) Esto es durísimo de
llevar a cabo porque la tentación del aspirante a trader siempre es la de
tratar de recuperarse, pero un poco de Pávlov me ha ayudado mucho. Además, cuando alcanzas estas restricciones el trader
siempre se autoconvence de que el siguiente trade va a hacerlo con mayor
tranquilidad, que va a ser más selectivo, y en definitiva, que va a ser
ganador. Saltarse estas restricciones suele conducir a una oleada de operaciones
negativas, errores operativos, y en definitiva, una gran pérdida de control y
desastre económico durante esa sesión. Lo digo por mi experiencia, y por conversaciones mantenidas con otros traders.
El trader no es consciente de que con
estas acciones ha retrocedido en su carrera por modificar y reorientar su mente
hasta que no está ajeno a la sesión de trading. Por lo tanto, la clave es, tras
un mal trade, darse unos minutos para que la mente se oxigene y no caiga en el síndrome del “piloto automático”.
Ayuda para su cumplimiento:
*Yo me ponía una alarma con música en
el móvil (todavía lo hago) para que me sonase cada 30 minutos. Cada vez que sonaba debía levantarme de la silla y salir de la habitación, permaneciendo fuera
por unos minutos (3-4 minutos). Me iba a beber agua, estiraba un poco la
espalda, etc. Con esto basta. Digamos que la mente “despierta” y vuelve a la
Tierra de nuevo, zafándose de la hipnosis que causa la oscilación del precio.
Estos 3-4 minutos pueden salvarte.
*Alternativa: En el caso de que
tuviese una mal trade (ya fuese por saltar el stop, o porque yo la cerrase
al entender que no había sido una buena apertura de posición) mis reglas me
ordenaba bajar la pantalla del portátil y salir de la habitación. A la vuelta,
y antes de volver a concentrarme en las velas del gráfico, mis reglas también
me obligaban a escribir en mi diario de operaciones los motivos que yo pensaba
que habían causado la mala operación.
*Alternativa: durante unos meses, cada
vez que un trade resultaba negativo, teníamos acordado con otro aspirante
a trader (no nos habíamos visto nunca) que había conocido en un foro, llamarnos
telefónicamente. La respuesta a esa llamada por parte del “compañero” era un
mensaje de calma, de ánimo y que sobretodo cumpliese las normas, porque a eso
se reducía todo.
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