Cuando alguien ha llevado a cabo
el proceso mental de querer “probar fortuna” como trader, con mayor o menor
seriedad y reflexión, lo que realmente está pensando es que va a comenzar a
hacer trading en las próximas semanas, que probablemente va a comenzar a ganar
dinero (poco o mucho), y que además va a tardar pocas semanas para lograrlo.
Sin altibajos relevantes.
Normalmente esa persona comienza
recurriendo a Google, y buscando toda serie de cosas relacionadas con el
trading: Cuáles son las mejores plataformas de para operar, libros recomendados
de trading, blogs de traders profesionales, preguntar y comentar en foros, etc.
Algunos aspirantes se descargan la demo de una plataforma y otros directamente
abren una cuenta y operan. Los hay que ganan para después perder, y los hay que
pierden directamente.
En los inicios, lo que tiene
grabada nuestra mente es que vamos a ganar dinero haciendo lo que nos
apetezca. Que ahora intuyo que hay
que comprar porque creo haber visto una figura, pues compro. Que mi intuición
me dice que hay que cerrar la posición, pues la cierro. En una segunda etapa
ese trader irá tratando de refinar sus métodos configurando un sistema,
intentando escribir y cumplir unas reglas. Su sensación interior será la de
estar “profesionalizándose”.
En las profesiones que
desarrollamos no solemos hacer lo que nos apetece en cada momento.
Trabajar en esa profesión debe ser (si no mal) lo que realmente nos apetece,
pero inevitablemente hay que cumplir una serie de reglas o normas. Madrugar
(normalmente), hacer lo que nuestro jefe dice (a veces no apetece o no se está
de acuerdo), regirnos por las normas de la empresa, irnos de vacaciones en
fechas determinadas, viajar para buscar clientes, cumplir unos protocolos, etc.
El trading no es un trabajo de
libre albedrío. Hemos de establecer unas normas, ser extremadamente
disciplinados y cumplirlas. El problema es tener que tratar de ser
disciplinado y esforzarse por cumplirlas, en vez de que nuestra disciplina y
cumplimiento de nuestras normas sea algo como cepillarse los dientes después de
cenar. Simplemente se hace sin esforzarse. Se hace por rutina.
Pero un aspirante quiere ser trader
ya, y quiere ganar dinero ya para poder dejar su trabajo y vivir del trading
ya. Se trata de algo tan irracional como de que un panadero quiera poder
ganarse la vida como electricista a la semana siguiente.
El aspirante a trader es indisciplinado por alguno/s de estos
motivos:
·
Ya ha decidido que quiere ser trader, por lo que
su trabajo actual comienza a desmotivarle o a no gustarle. Tiene prisa por
cambiar de trabajo y ser trader.
·
Se piensa que es algo tan sencillo como comprar
y vender, y sacar un % de ello. La ignorancia es atrevida. El aspirante
desconoce las horas de preparación mental, técnica y analítica que hay tras una
simple operación cualquiera de un trader profesional.
·
Todo el mundo entiende el significado de la
palabra “disciplina”, pero hacer uso de ella cuando las emociones y sensaciones
se mezclan es muy complicado. E incluso algo que habías escrito para “cumplir a
rajatabla” se pasa por alto, se olvida momentáneamente, se adecúa a la
situación, y en definitiva, el trader casi nunca se ciñe a ello. Es como si una
magia te envolviese y todo el entrenamiento mental se diluyese.
·
Nuestro orgullo herido por una o varias
operaciones malas también aumenta la fuerza que nos lleva a rebasar nuestro
sistema y a no cumplir nuestras normas. Es una especie de mala conciencia que
nos aconseja “prueba una vez más, sólo por esta vez”. Ese convencerse a uno
mismo de que sólo me voy a saltar un poco mis normas es un acto de infidelidad.
Es no ser fiel, por un poco…
En otro post trataré de explicar
qué métodos y ejercicios concretos he desarrollado para poder forjar mi
disciplina. Si alguien indisciplinado como yo ha mejorado mucho en este
sentido, todo el mundo ha de poder.
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