Con
19 años compré mis primeras acciones y tras aproximadamente 1 año de tenerlas recuerdo
que perdí dinero. Sin embargo, me gustó el mercado y puse interés con él, pero
nunca supe ganar dinero. Después de eso, cada varios años volvía a interesarme
por la bolsa sin tampoco lograr ganar dinero. Y no me refiero a acertar buenos
movimientos, que los cogía, sino a ganar dinero consistentemente, ya que todo
lo demás es puro hobbie.
Sin
embargo, hace 3 años comencé de nuevo dispuesto a tomármelo en serio,
ya que las veces anteriores habían supuesto para mi un mero pasatiempo, para ver si ganaba algo de dinero, pero me salía el juego bastante costoso. Ahora era diferente. Quería profesionalizarme. Formarme, tener un plan de trabajo, planteamientos serios, y aspirar a poder vivir de aquello que no había dejado de gustarme y me había ido acompañando durante toda mi vida.
ya que las veces anteriores habían supuesto para mi un mero pasatiempo, para ver si ganaba algo de dinero, pero me salía el juego bastante costoso. Ahora era diferente. Quería profesionalizarme. Formarme, tener un plan de trabajo, planteamientos serios, y aspirar a poder vivir de aquello que no había dejado de gustarme y me había ido acompañando durante toda mi vida.
Por
algún motivo concreto ha habido 2 cuestiones que he tenido claras desde que
comencé a querer profesionalizar mi trading, (intradía, swing trading, etc.) La
1ª de ellas es que en la psicología residía la clave del éxito en el trading.
Todo lo demás se aprende con el tiempo y logra aprenderlo todo el mundo, al menos
para poder ser un trader “decente”. La 2ª de ellas fue mi “normalización mental”
en el proceso de colocar un stop, justo al segundo siguiente de abrir una
posición. Pero no un stop mental, sino un stop dado de alta en la plataforma.
Algo que mi mente consideraba normal y hacía siempre, por lo visto para otros
era menos asimilable.
Como
cualquier aspirante, quieres correr todo lo posible, así que comencé a operar a
la vez que negociaba con importes que tenían poco en cuenta la gestión
monetaria y el riesgo. Mi Psicología la iría formando sobre la marcha, pensé.
Con
un saldo de 3.000€ logré ganar 7.000€ en 5 meses. Creí que esta vez sería la
definitiva. Que ya había encontrado mi punto. Sin embargo, en los 11 meses
siguiente perdí esos 7.000€. Goteando, poco a poco, pérdida tras pérdida, stop
tras stop, mi cuenta no paraba de bajar, casi todas las semanas, todos los
meses.
Hice
2 parones por en medio. Una especie de “reseteados” mentales que son muy
positivos para oxigenar la mente, analizar qué es lo que puede estar haciéndose
mal, y dejarse claro a uno mismo que no es un adicto al trading, sino que le
dedicas muchas horas porque quieres vivir de él. Nada de esto surtió efecto, pero sí que logré intuir que en cada reseteado yo moldeaba mi
mente al trading. Quizás era cuestión de tiempo, por lo que lo fundamental era
no fundirme el saldo de mi cuenta de trading por el camino.
Comencé
a reducir el volumen de mis trades (tanto lotes como cfd´s sobre acciones) y a
darme tiempo. En ese momento fue cuando comencé a leer libros de psicología,
artículos en internet, a formar mis propias apreciaciones de cómo trabajar la
mente, y en definitiva, a concentrar casi todas las horas dedicadas al trading
a trabajar el aspecto psicológico.
Uno
de mis principales problemas era el de la “sobreoperación”. Lograba evitarlo
unos días, pero el día menos pensado, al terminar mi sesión de trading, me daba
cuenta de que de nuevo había caído en ello. Sobreoperaba en exceso, pero ese no
era el problema. El problema era que yo delimitaba unas sencillas normas para
cumplir, y unos límites para no rebasar, y no los cumplía casi nunca. ¿cómo era
posible eso? Era frustrante.
En
ese momento entendí lo que supone decirse a uno mismo durante muchas veces: “voy
a dejar de furmar” y no poder cumplirlo. O para los alcohólicos decir: “hoy no
voy a beber” y no poder evitarlo (un famoso libro de trading toca este tema en
concreto) ¿Podéis imaginar mayor frustración que no
ser capaz de cumplir las normas que uno mismo escribe libremente?
Tras
el segundo reseteado esperaba que me fuese mejor, pero de nuevo travesía por el
desierto. Era como si yo supiese mucho más del mercado, y sin embargo este seguía
dándose la vuelta para romper mis stops. Lo que sucedía es que al operar con
poco importe las pérdidas eran reducidas, lo que me daba tiempo.
¿Cuántos días llegué a pensar que nunca
sería capaz de lograr ganar dinero de forma consistente? Pérdidas y más
pérdidas, eso sí, cada una de ellas de pequeño importe, pero debido a mi
sobreoperación, abultadas en su conjunto. Para combatir esta sensación de
frustración me repetía a mí mismo que esto no era más que otro oficio, y que yo
iba a ser capaz de ganarme la vida con él, antes o después. Es más, era lo que yo
deseaba para mi vida.
Supongo
que como habrán experimentado muchos, llega un día en el que las cosas te salen
bien. Llegas al día siguiente, y de nuevo te salen bien, y de esa forma van
pasando las semanas y de repente eres consciente de que ganas más que pierdes.
Con la reflexión semanal que es necesaria, de repente llega un día en el que te
das cuenta de que no sobreoperas. Sí, bueno, hay algún día en el que sin
atender a una señal clara del todo a veces abres una posición, pero si te das
cuenta rápido la cierras, aunque pierdas unos pips. Después aprendes a que es e
incluso mejor cerrar completamente la plataforma, y lo haces.
La fuerte
frustración que puede llegar a experimentarse, durante muchos días de trading,
te hacen fuerte si eres capaz con ello de evaluar cómo piensa tu mente, cómo es
tu comportamiento según el día bueno o malo que hayas tenido, si tu cabeza está
despejada o embotada, etc. Si todos esos días de frustración los pesasen y los
pusiesen sobre nuestra cabeza nos derrumbaríamos por completo. Sin embargo, si
esos días de frustración sirven para reorientar nuestra mente hacia las leyes
que rigen el trading, entonces son días ganados.
Excelente artículo, gracias por compartir su historia; A mi también me ha pasado esta situación
ResponderEliminar