14 de febrero de 2014

Sensación de fracaso: Cuando crees hacer todo lo necesario y sin embargo los resultados son consistentemente negativos.

Con 19 años compré mis primeras acciones y tras aproximadamente 1 año de tenerlas recuerdo que perdí dinero. Sin embargo, me gustó el mercado y puse interés con él, pero nunca supe ganar dinero. Después de eso, cada varios años volvía a interesarme por la bolsa sin tampoco lograr ganar dinero. Y no me refiero a acertar buenos movimientos, que los cogía, sino a ganar dinero consistentemente, ya que todo lo demás es puro hobbie.

Sin embargo, hace 3 años comencé de nuevo dispuesto a tomármelo en serio,
ya que las veces anteriores habían supuesto para mi un mero pasatiempo, para ver si ganaba algo de dinero, pero me salía el juego bastante costoso. Ahora era diferente. Quería profesionalizarme. Formarme, tener un plan de trabajo, planteamientos serios, y aspirar a poder vivir de aquello que no había dejado de gustarme y me había ido acompañando durante toda mi vida.

Por algún motivo concreto ha habido 2 cuestiones que he tenido claras desde que comencé a querer profesionalizar mi trading, (intradía, swing trading, etc.) La 1ª de ellas es que en la psicología residía la clave del éxito en el trading. Todo lo demás se aprende con el tiempo y logra aprenderlo todo el mundo, al menos para poder ser un trader “decente”. La 2ª de ellas fue mi “normalización mental” en el proceso de colocar un stop, justo al segundo siguiente de abrir una posición. Pero no un stop mental, sino un stop dado de alta en la plataforma. Algo que mi mente consideraba normal y hacía siempre, por lo visto para otros era menos asimilable.

Como cualquier aspirante, quieres correr todo lo posible, así que comencé a operar a la vez que negociaba con importes que tenían poco en cuenta la gestión monetaria y el riesgo. Mi Psicología la iría formando sobre la marcha, pensé.

Con un saldo de 3.000€ logré ganar 7.000€ en 5 meses. Creí que esta vez sería la definitiva. Que ya había encontrado mi punto. Sin embargo, en los 11 meses siguiente perdí esos 7.000€. Goteando, poco a poco, pérdida tras pérdida, stop tras stop, mi cuenta no paraba de bajar, casi todas las semanas, todos los meses.

Hice 2 parones por en medio. Una especie de “reseteados” mentales que son muy positivos para oxigenar la mente, analizar qué es lo que puede estar haciéndose mal, y dejarse claro a uno mismo que no es un adicto al trading, sino que le dedicas muchas horas porque quieres vivir de él. Nada de esto surtió efecto, pero sí que logré intuir que en cada reseteado yo moldeaba mi mente al trading. Quizás era cuestión de tiempo, por lo que lo fundamental era no fundirme el saldo de mi cuenta de trading por el camino.

Comencé a reducir el volumen de mis trades (tanto lotes como cfd´s sobre acciones) y a darme tiempo. En ese momento fue cuando comencé a leer libros de psicología, artículos en internet, a formar mis propias apreciaciones de cómo trabajar la mente, y en definitiva, a concentrar casi todas las horas dedicadas al trading a trabajar el aspecto psicológico.

Uno de mis principales problemas era el de la “sobreoperación”. Lograba evitarlo unos días, pero el día menos pensado, al terminar mi sesión de trading, me daba cuenta de que de nuevo había caído en ello. Sobreoperaba en exceso, pero ese no era el problema. El problema era que yo delimitaba unas sencillas normas para cumplir, y unos límites para no rebasar, y no los cumplía casi nunca. ¿cómo era posible eso? Era frustrante.

En ese momento entendí lo que supone decirse a uno mismo durante muchas veces: “voy a dejar de furmar” y no poder cumplirlo. O para los alcohólicos decir: “hoy no voy a beber” y no poder evitarlo (un famoso libro de trading toca este tema en concreto) ¿Podéis imaginar mayor frustración que no ser capaz de cumplir las normas que uno mismo escribe libremente?

Tras el segundo reseteado esperaba que me fuese mejor, pero de nuevo travesía por el desierto. Era como si yo supiese mucho más del mercado, y sin embargo este seguía dándose la vuelta para romper mis stops. Lo que sucedía es que al operar con poco importe las pérdidas eran reducidas, lo que me daba tiempo.
¿Cuántos días llegué a pensar que nunca sería capaz de lograr ganar dinero de forma consistente? Pérdidas y más pérdidas, eso sí, cada una de ellas de pequeño importe, pero debido a mi sobreoperación, abultadas en su conjunto. Para combatir esta sensación de frustración me repetía a mí mismo que esto no era más que otro oficio, y que yo iba a ser capaz de ganarme la vida con él, antes o después. Es más, era lo que yo deseaba para mi vida.

Supongo que como habrán experimentado muchos, llega un día en el que las cosas te salen bien. Llegas al día siguiente, y de nuevo te salen bien, y de esa forma van pasando las semanas y de repente eres consciente de que ganas más que pierdes. Con la reflexión semanal que es necesaria, de repente llega un día en el que te das cuenta de que no sobreoperas. Sí, bueno, hay algún día en el que sin atender a una señal clara del todo a veces abres una posición, pero si te das cuenta rápido la cierras, aunque pierdas unos pips. Después aprendes a que es e incluso mejor cerrar completamente la plataforma, y lo haces.

La fuerte frustración que puede llegar a experimentarse, durante muchos días de trading, te hacen fuerte si eres capaz con ello de evaluar cómo piensa tu mente, cómo es tu comportamiento según el día bueno o malo que hayas tenido, si tu cabeza está despejada o embotada, etc. Si todos esos días de frustración los pesasen y los pusiesen sobre nuestra cabeza nos derrumbaríamos por completo. Sin embargo, si esos días de frustración sirven para reorientar nuestra mente hacia las leyes que rigen el trading, entonces son días ganados.

1 comentario:

  1. Excelente artículo, gracias por compartir su historia; A mi también me ha pasado esta situación

    ResponderEliminar